domingo, 15 de mayo de 2011

Los crampones


Los crampones son elementos metálicos adaptables a la suela de determinados tipos de bota para posibilitar o mejorar la adherencia de ésta a superficies heladas o nevadas.  Son de acero con doce puntas, para ser fijados con correas a una bota flexible.

Están formados por una estructura de la misma medida que la suela de la bota a la que se adaptan. De la parte inferior de esta estructura salen una serie de "puntas" afiladas que son las que penetran en el hielo. Esas puntas siempre están formadas de la misma pieza de metal que la estructura. El largo de la estructura es variable y se puede adecuar a la medida de la bota. Hace falta un mantenimiento esmerado de puntas, vallas y correas.

Los crampones acostumbran a tener en su parte inferior unas láminas de goma o plástico que impiden que la nieve fría se adhiera y forme los peligrosos panes que –al ganar volumen– podrían impedir finalmente el contacto entre el crampón y la nieve. Estos elementos son conocidos, por carencia de un nombre mejor como antiboots.

Existen varios tipos de crampones, según el uso a que sean destinados:

* Crampones de aluminio, de diez o doce puntas. Son del tipo de tope rápido, sin más que una débil correa destinada a impedir la apertura accidental del tope de la talonera. Sólo se utilizan en botas rígidas, habitualmente las de esquí de montaña.

Crampones de acero, de doce puntas y tope rápido. Están destinados a botas rígidas de alta montaña, de alpinismo o escalada en hielo. Tienen también correas para el aseguramiento del tope de la talonera y que además aseguran la puntera, puesto que se cierran entre los dos extremos y por encima de la bota. Esto es así porque en alpinismo el trato que recibe este material es a veces muy violento y es vital impedir que se suelten repentinamente.

* Crampones de acero, de doce puntas y de correas, son los crampones destinados a botas flexibles o semi-rígidas, pero estos no tienen tope de ninguna clase y se han de afianzar al pie con correas que se pasan sobre la bota de un lado al otro y de delante a atrás. Son incómodas de meter y de sacar y mientras se utilizan es frecuente tener que tensar las correas a menudo. Otro factor de incomodidad es la presión que las correas hacen sobre el pie. A pesar de sus inconvenientes son la única opción razonablemente segura para equipar botas flexibles o de marcha.

Pese a que la incompatibilidad entre las botas flexibles y los crampones de tope rápido es evidente y muy fácil de experimentar, es posible encontrar al mercado botas de esta clase y con las entalladuras precisas para adaptar los topes de los crampones, cosa que de ninguna forma garantizaría que se puedan utilizar.


Fuente:  http://www.infoaventura.com

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